DECLARACION SOBRE LA REDUCCION DEL IMPACTO MUNDIAL DEL ALCOHOL EN LA SALUD Y LA SOCIEDAD
ASOCIACION MEDICA MUNDIAL (A.M.M.)


 
Adoptada por la Asamblea General de la AMM, Santiago 2005

Introducción
El alcohol está firmemente enraizado en muchas sociedades. En general, 4% del total mundial de las enfermedades se puede atribuir al alcohol, lo que representa casi tanto en muertes y discapacidades en el mundo como el tabaco y la hipertensión. En general, existe una relación causal entre el consumo de alcohol y más de 60 tipos de enfermedades y lesiones, incluidas las muertes por accidentes de tránsito. El consumo de alcohol es el primer factor de riesgo para enfermedades en los países en desarrollo con baja mortalidad y el tercer factor de riesgo más importante en los países en desarrollo. Aparte de los numerosos efectos agudos y crónicos para la salud, el uso de alcohol está asociado con consecuencias sociales, mentales y emocionales generalizadas. El impacto mundial relacionado con el consumo de alcohol, tanto en morbilidad como en mortalidad, es considerable.
Los problemas relacionados con el alcohol son el resultado de una interacción compleja entre el uso individual de las bebidas alcohólicas y el ambiente cultural, económico, físico y los contextos políticos y sociales.
El alcohol no puede ser considerado una bebida ordinaria o un producto de consumo, ya que es una droga que causa importante daño médico, psicológico y social a través de la toxicidad, intoxicación y dependencia física. Existe cada vez más evidencia de que la vulnerabilidad genética a la dependencia del alcohol es un factor de riesgo para algunas personas. El síndrome del alcohol fetal y los efectos del alcohol para el feto, causas evitables de retardo mental, pueden ser producto del consumo del alcohol durante el embarazo. Mucha evidencia científica ha demostrado los efectos peligrosos del consumo antes de la edad adulta para el funcionamiento cerebral, mental, cognitivo y social de los jóvenes y muchas posibilidades de dependencia del alcohol en la edad adulta y problemas relacionados con el alcohol para las personas que beben antes de alcanzar su madurez fisiológica. El consumo regular de alcohol y el beber sin límite en los adolescentes puede afectar de manera negativa el rendimiento escolar, aumentar la participación en delitos y afectar de manera adversa el rendimiento sexual y el comportamiento.
La publicidad y la promoción del alcohol se están expandiendo con rapidez en el mundo y son cada vez más sofisticadas y dirigidas cuidadosamente, incluida a la juventud.
Están destinadas a atraer, influenciar y enganchar a nuevas generaciones de bebedores, a pesar de los códigos de autorregulación de la industria que son ignorados ampliamente y con frecuencia no aplicados.
Una eficaz política social del alcohol puede implementar medidas que controlen el suministro de alcohol o afectar la amplia demanda de bebidas alcohólicas de la población. Las políticas de gran extensión abordan las medidas legales destinadas a: controlar el suministro y la demanda, controlar el acceso al alcohol (por edad, lugar y tiempo), proporcionar educación pública para los que necesitan ayuda, recaudar impuestos para que afecten los precios y pagar por los problemas que causa el consumo y estrategias para reducir el daño y limitar los problemas relacionados con el alcohol, como la conducción bajo los efectos del alcohol y la violencia intrafamiliar.
Los problemas del alcohol están muy correlacionados con el consumo individual, de modo que la reducción del uso puede disminuir los problemas del alcohol. Puesto que el alcohol es un producto económico, las ventas de bebidas alcohólicas se ven afectadas por los precios, es decir, si los precios aumentan baja la demanda y viceversa. El precio puede ser influenciado por los impuestos y multas eficaces por ventas y actividades promocionales inapropiadas. Estas medidas afectan incluso a los grandes bebedores y son particularmente eficaces entre los jóvenes.
Los grandes bebedores y los que tienen problemas de alcohol o dependencia del alcohol forman parte importante de los problemas causados por el consumo. Sin embargo, en casi todos los países, la mayoría de los problemas relacionados con el alcohol en la población están asociados al consumo dañino o peligroso de bebedores "sociales" no dependientes, en especial cuando están intoxicados. Este es un problema específico de la juventud en muchos lugares del mundo que bebe con la intención de intoxicarse.
Aunque la investigación ha demostrado algunos efectos positivos para la salud del bajo consumo de alcohol en algunas poblaciones, esto debe considerarse contra los peligros potenciales del consumo en esas mismas poblaciones y en la población en general.
De este modo, los enfoques basados en la población que afectan el contexto de consumo social y la disponibilidad de bebidas alcohólicas son más eficaces que los enfoques individuales (como la educación) destinados a evitar los problemas y enfermedades relacionadas con el alcohol. Las políticas sobre el alcohol que afectan los patrones de consumo al limitar el acceso y disuadir el consumo en los jóvenes al establecer una edad legal mínima para la compra tienen altas probabilidades de disminuir los peligros. Las leyes para reducir los niveles de alcohol en la sangre permitidos para los conductores y para controlar la cantidad de establecimientos de venta han demostrado ser eficaces en la disminución de los problemas de alcohol.
En los últimos años, algunas restricciones en la producción, comercialización masiva y patrones de consumo de alcohol han sido rebajadas, lo que ha resultado en una mayor disponibilidad y accesibilidad a las bebidas alcohólicas y cambios en las conductas de consumo en todo el mundo. Esto ha causado un problema de salud mundial que necesita intervención gubernamental, ciudadana, médica y de atención médica urgente.

Recomendaciones
La AMM insta a las asociaciones médicas nacionales y a todos los médicos a tomar las siguientes medidas destinadas a ayudar a disminuir el impacto que tiene el alcohol en la salud y la sociedad.
Apoyar las políticas nacionales de gran extensión que
- incorporan medidas para educar al público sobre los peligros del uso arriesgado y nocivo de alcohol (de cantidades peligrosas a través de la dependencia), incluidos, pero no limitados a, programas de educación destinados específicamente a la juventud;
- crear intervenciones legales que se focalicen principalmente en el tratamiento o que proporcionen sanciones legales basadas en evidencia que disuadan a los que se ponen en situaciones de riesgo para ellos y los otros y
- implementar soportes reguladores y ambientales que promuevan la salud de la población en general.
Promover políticas nacionales y subnacionales que sigan las "mejores prácticas" de los países desarrollados, que con una modificación apropiada también pueden ser eficaces en las naciones en desarrollo. Estas pueden incluir establecer una edad mínima legal para comprar, políticas de ventas restringidas, restricción de horas o días de venta y la cantidad de establecimientos de venta, aumento de los impuestos al alcohol y la implementación de medidas preventivas eficaces contra la conducción bajo la influencia del alcohol (como límites bajos de concentración de alcohol en la sangre, aplicación activa de las medidas de seguridad de tránsito, control aleatorio de alcoholemia e intervenciones legales y médicas para conductores intoxicados reincidentes).
Estar consciente de y oponerse a las estrategias de control del alcohol sin evidencia promovidas por la industria del alcohol o sus organizaciones de aspecto social.
Restringir la promoción, publicidad y provisión de alcohol a la juventud, de modo que los jóvenes puedan crecer con menos presión social para consumir alcohol. Apoyar la creación de una entidad de control que asegure que la publicidad sobre el alcohol cumple con las normas de contenido y exposición en los códigos de autorregulación de la industria del alcohol.
Colaborar con las sociedades médicas nacionales y locales, organizaciones de especialidades médicas, grupos sociales, religiosos y económicos interesados (incluidos los organismos gubernamentales, científicos, profesionales, no gubernamentales y voluntarios, el sector privado y la sociedad civil) para:
- disminuir el peligroso uso del alcohol, en especial entre los jóvenes y las mujeres embarazadas, en el lugar de trabajo y cuando se conduzca;
- aumentar las posibilidades de que todos se sientan libres de presiones para consumir alcohol y libre de los arriesgados y nocivos efectos del consumo de otros y
- promover la prevención en base a evidencias en los colegios.
Realizar lo siguiente
- controlar a los pacientes por trastornos debido al uso de alcohol y consumo a riesgo u organizar controles sistemáticos realizados por personal calificado, con el uso de elementos de control basados en evidencias que puedan ser utilizados en la práctica clínica;
- promover el autocontrol y control masivo con cuestionarios que después seleccionen a los que necesitan ser atendidos para una evaluación;
- llevar a cabo breves intervenciones para motivar a los bebedores con alto riesgo a moderar su consumo y
- proporcionar tratamiento especializado, incluidos medicamentos basados en evidencia, y rehabilitación a las personas dependientes del alcohol y ayuda a sus familias.
Instar a los médicos a que faciliten la recolección de información epidemiológica y de servicio de salud sobre el impacto del alcohol.
Promover la consideración de un convenio marco para el control del alcohol, similar al Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco que entró en vigor el 27 de febrero de 2005.
Además, a fin de proteger las actuales y futuras medidas sobre control del alcohol, apoyar la consideración del alcohol como un producto extraordinario y que las medidas que afectan el suministro, distribución, venta, publicidad, promoción o inversión en bebidas alcohólicas sean excluidas de los acuerdos comerciales internacionales.


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