La AMM reconoce que los ataques a los establecimientos de salud, profesionales de la salud y sus pacientes son un problema cada vez más común y el Consejo de la AMM denuncia todos esos ataques en cualquier país.
Estos a menudo ocurren durante los conflictos armados y también en otras situaciones de violencia, incluidas las manifestaciones contra el Estado. Los pacientes, incluidos los heridos durante las protestas, a menudo son de los segmentos más pobres y marginalizados de la comunidad y sufren en mayor proporción de graves problemas de salud que los que tienen más recursos económicos.
Los gobiernos tienen la obligación de asegurar que los establecimientos de salud y los que allí trabajan puedan funcionar en seguridad y sin interferencia del Estado ni de actores no estatales y proteger a los que reciben atención.
Cuando los servicios no están disponibles para los pacientes debido a la acción o no acción del gobierno, el gobierno, no el personal de la salud, debe ser responsable.
Puesto que en recientes y actuales conflictos en Bahréin y en Siria, los médicos, otro personal de salud y sus pacientes han sido agredidos en los establecimientos de salud, la AMM exige:
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